domingo, 5 de agosto de 2018

Carta abierta a la comunidad: El Estado de las escuelas.



      Florencio Varela, 5  de agosto de 2018.


Estudiantes, egresadxs, familias, vecinxs:   
El jueves pasado la escuela pública perdió a dos trabajadorxs, nosotrxs perdimos a dos compañerxs. Pudieron y pueden ser más, pudo haber estudiantes con el mismo trágico final, porque en nuestra provincia una escuela en peligro no es un caso aislado. 
Todos los días, vamos de escuela en escuela viendo las condiciones de los edificios que nos ponen en riesgo, a trabajadorxs y estudiantes. Pérdidas de gas, derrumbe de mampostería, goteras que filtran por conexiones eléctricas, cables sin cubrir, baños limpiados con lavandina rebajada, matafuegos sin carga, vidrios rotos, pozos ciegos llenos, estufas que no funcionan, son los reclamos más frecuentes. Se informa, se elevan notas, se completan planillas, se llama a todas las dependencias correspondientes, para que nadie escuche ni responda. Del mismo modo que, más de una vez, nos reunimos con la comunidad a pintar las paredes, se intenta arreglar los problemas con la escasa plata de cooperadora, con una colecta, con tiempo y materiales que no brinda el Estado. Ese Estado manejado por distintos gobiernos que no invierten en Educación más que para la remodelación de UNA escuela, la compra de computadoras o drones (sí, drones) que les permita ser noticia y sacarse una foto en campaña. Porque el mantenimiento no suma prestigio, es una obligación que no genera aplausos; entonces, deciden no cumplirla. Ahorran en lo más básico y necesario: las condiciones dignas para aprender y enseñar. 
                                              Este reclamo no es nuevo, es una demanda constante de cada paritaria, de cada paro, de cada movilización. Cuando pedimos condiciones dignas no hablamos solo de sueldo, nos referimos también al presupuesto educativo, a la renacionalización del sistema educativo para terminar con las diferencias, al control del dinero que llega a los municipios como Fondo Educativo. Las escuelas, al igual que los hospitales, son del Estado, y este tiene que ocuparse de mantenerlos, no basta con construirlos (cada muchos años) y pagar los sueldos; el aprendizaje es mucho más que ir a clases, depende de muchos factores del medio, y para que se pueda llevar a cabo, la seguridad y el bienestar físico deben estar garantizados. 
En un momento de ajuste como política pública y declarada, es importante que estemos unidxs defendiendo derechos, tomando conciencia de las consecuencias de las decisiones gubernamentales, evitando naturalizar el abandono de lo público, lo de todxs, lo nuestro. Por Sandra y por Rubén, exijamos castigo para los responsables de sus muertes y medidas que resuelvan el estado actual de las escuelas; la falta de inversión MATA, en derechos no se debe ahorrar. 

Lista Marrón – SUTEBA F. Varela
¡Luchemos en las aulas y en las calles!


domingo, 1 de abril de 2018

El derecho a la salud y el gran negocio del control del ausentismo en educación.


Una vez más la educación pública está siendo atacada de manera violenta e ilegal, en este caso  en su aspecto más sensible: la salud de toda la comunidad educativa. Como si no fuera poco el cierre de cursos y el cierre de los Bachilleratos de adultos con el consecuente hacinamiento en las aulas, la precarización laboral con el proyecto de las llamadas “Aulas de aceleración” y la delirante pretensión de imponer un aumento de sólo el 15 % acompañado de un premio a la buena salud llamado “presentismo”, el gobierno de Vidal ha obligado a los docentes y auxiliares de la provincia de Buenos Aires a descargar una aplicación en los teléfonos celulares para solicitar “de manera ágil y sin validación presencial” las licencias médicas. 
Muchos de nosotros confiamos en estas últimas palabras y, a pesar de lo invasivo que puede sonar el forzar a un empleado a bajar una aplicación al celular,  pensamos que realmente implicaba una mejora frente a la pésima experiencia que veníamos padeciendo en los últimos años con el servicio totalmente deficiente de la prestataria Dienst Consulting SA, contratada por primera vez por la gestión anterior sin ningún tipo de licitación y vuelta a contratar de la misma manera durante el 2016 y el 2017 por la gestión de Vidal.
Sin embargo, la aplicación de la gobernadora, más allá de mejorar el sistema y evitar que el trabajador se tenga que movilizar a la sede de reconocimientos médicos del distrito y esperar a veces largas horas, con su familiar enfermo incluido, cuando el médico le habría indicado reposo, viene a complicar la situación aun más: ingenuos los que pensamos que un gobierno que sólo vino a ajustar implemente una política que mejore la calidad de vida de lxs trabajadorxs de la educación y por ende favorezca la educación pública.
El primer problema que se presentó es que muchos de lxs docentes y auxiliares no contamos con un teléfono celular moderno en el que se pueda bajar dicha aplicación y el sistema no permite que ni siquiera lo bajemos a una computadora, lo cual deja en claro la precariedad en la que nos encontramos y despierta infinitas suspicacias: ¿quiere el gobierno provincial monitorear nuestros movimientos mediante el sistema de geolocalización del celular para controlar si realmente guardamos reposo mientras todos vemos por televisión al presidente en el cumpleaños de la diva Mirtha Legrand cuando está de licencia médica por una lesión que sufrió jugando al paddle?
El segundo problema es que aquellos que tuvieron la posibilidad de descargar la app y hacerse su usuario, se encuentran con que sí o sí deben concurrir a un médico particular y no al hospital, ya que la aplicación sólo acepta certificados médicos con días estipulados de reposo y diagnóstico específico, algo que en una guardia hospitalaria no se emite, lo cual contradice todo principio básico de legitimidad que se le otorga al sistema público de salud y atenta contra nuestro bolsillo, que debe afrontar un gasto que en muchos casos el IOMA ya no cubre.
Pero supongamos que el primer y segundo obstáculo fueron sorteados: tenemos un teléfono celular moderno en el que pudimos instalar la app y pudimos pagar la consulta a un médico que ya no atiende por IOMA debido a la deuda que la obra social de la provincia aún no le ha saldado. El tercer obstáculo es que nuestro certificado  correctamente confeccionado muchas veces no es tomado por la aplicación o es ingresado pero la aplicación lo rechaza, a veces luego de varios días, no autorizando de ese modo la toma de un suplente durante la espera. En esos casos la misma aplicación nos manda a uno de los centros de reconocimiento médico que puede quedar a varios kilómetros de donde vivimos, en el caso del gran Buenos Aires tenemos sólo 3: uno en Lomas de Zamora, otro en Tigre y otro en Berazategui. Por ejemplo, un compañero con una fractura en la pierna que necesitó una intervención quirúrgica con clavos tuvo que presentarse en Berazategui indefectiblemente mientras debía guardar reposo absoluto, y, lo que es peor, le aprobaron solamente 30 días de licencia de los 60 que mandó su médico, desautorizando la palabra del especialista. Casualmente una compañera con el mismo tipo de fractura e intervención padeció exactamente la misma experiencia, por lo que sospechamos que este sistema perverso está preparado con un mismo guion prefijado que responde de la misma manera a las mismas afecciones, sin contar con los numerosos casos que son directamente rechazados después de varios días en los que las compañeras deben quedarse haciendo el reposo indicado o cuidando de sus hijxs, para enterarse luego que estos días de ausencia al trabajo van a descuento como falta injustificada sin saber el porqué.



 ¿Y qué hay del derecho a la privacidad? En el estado de Virginia, Estados Unidos, el gobierno tuvo que suspender la implementación de una aplicación similar a ésta, ya que los docentes la consideraron totalmente invasiva. Los docentes, organizados desde las bases con los sindicatos, hicieron 9 días continuos de paro para rechazar tal ataque a sus derechos y el estado no pudo obligarlos a habilitar una aplicación denominada Go365, que monitoreaba su salud y tenía acceso a información sensible, mientras que en nuestra provincia la conducción del SUTEBA se limita a festejar de manera sumisa e hipócrita que el teléfono de consultas acerca de las deficiencias de la aplicación de Vidal ha cambiado de un 0810 a un 0800 y nos deja sólo con la posibilidad de presentar una denuncia individual (https://www.dropbox.com/s/kq4ew5ke7z6wl50/DENUNCIA%20OTORGAMIENTO%20LICENCIA%20M%C3%89DICA.doc?dl=0) ante estas violaciones a nuestros derechos estatutarios.



La verdad detrás de este nuevo sistema de licencias no es claramente mejorar la educación pública y mucho menos la calidad de vida de lxs trabajadorxs, sino disciplinarnos una vez más, afectando de forma indirecta y directa la calidad educativa. La afecta de forma indirecta porque trabajadorxs que tienen que auto-explotarse, trabajando excesiva cantidad de horas en espacios insalubres para poder ganar un sueldo digno y encima no tienen acceso al cuidado de su salud no pueden brindar el 100 % de su potencial a pesar de que lo intentamos cada día. Por otro lado, la afecta de manera directa porque al negar en muchos casos la licencia después de haber guardado el reposo indicado, en algunas situaciones han notificado después de una semana, la escuela no puede tomar suplente, ya que hasta que la licencia no sea efectivamente aprobada no se está en condiciones de garantizar el pago de éstos, dejando de ese modo a muchos estudiantes sin las horas de clases correspondientes.
Obviamente esta es la respuesta obediente del gobierno al mandato del Banco Mundial que pretende instalar la disciplina y el recorte de gastos más salvaje que se haya hecho en la historia de la educación argentina. Mientras tanto el control territorial de las licencias lo harán por dos años en dos de las 4 zonas en que se dividió a la provincia de Buenos Aires, otra vez Dienst Consulting SA (la empresa prestataria anterior con múltiples denuncias por irregularidades) y en las otras dos Healthy SA, empresa cuyo dueño es Sergio Oppel, un empresario cercano a José Luis Lingeri, histórico burócrata del sindicato de Obras Sanitarias y hombre fuerte de la empresa de agua estatal AySA. La gestión de la app y  la web las manejará en toda la provincia la empresa International Health Services Argentina (IHSA), empresa cuyo principal accionista es Andrés Rodríguez, secretario general de UPCN, el cual no es la primera vez que resulta favorecido por la contratación irregular de sus servicios, ya que en 2016 el gobierno de María Eugenia Vidal intentó cerrar el negocio  del servicio de ambulancias con Emergencia SA, perteneciente al mismo grupo empresario.
Es por eso que miles de interrogantes empiezan a surgir acerca de la transparencia de un gobierno que se ha autoproclamado moralmente superior al pasado. Pero lo que más nos preguntamos es lo siguiente: cuando una trabajadora que debe guardar reposo absoluto es obligada por el gobierno de la provincia a trasladarse varios kilómetros ¿no se está violando un derecho? ¿qué pasaría si una de estas trabajadoras tiene un accidente en el traslado o el traslado mismo provoca una recaída en su afección? ¿se hará cargo el gobierno de la provincia de las consecuencias de esos traslados, angustias, gastos y descuentos injustificados que lxs docentes y auxiliares nos vemos obligados a afrontar mientras estamos padeciendo una enfermedad que en la mayoría de los casos nos contagiamos en los mismos establecimientos escolares en donde el hacinamiento, la falta de agua y calefacción son moneda corriente? 
El 70 % de lxs trabajadorxs de la educación somos mujeres, y principalmente mujeres de entre 25 y 50 años, justamente la franja de edad en que la mujer queda embarazada y cría a sus hijos, el momento más vulnerable de las mujeres trabajadoras que en su mayoría son cabeza de hogar, y este gobierno, lejos de proteger a sus niños y mujeres, viene a cercenar sus derechos, atacando en forma directa el más básico de los derechos humanos, el derecho a la salud.

Cierre de Bachilleratos de adultos: aprendiendo a vivir en la incertidumbre de la gestión Vidal


El 1 de diciembre de 2017 se firmó la resolución N° 1657 con el objetivo de concretar un claro avance del gobierno de la provincia de Buenos Aires sobre la educación de jóvenes y adultos. El documento detalla que los BAO (Bachilleratos de Adultos Orientados) y los BAOT (Bachilleratos de Adultos con Orientación Técnica), dependientes de la Dirección de Educación Secundaria dejarían de funcionar como tales a partir del 1° de enero de 2018 y pasarán a denominarse “Bachilleratos Juveniles”, los cuales atenderán solamente a adolescentes de entre 15 y 17 años que no hayan completado sus trayectos educativos obligatorios de acuerdo con la edad estipulada. En el caso de los mayores de 18 que quieran anotarse en el primer año de la secundaria, estos tendrán como única oferta educativa los dependientes de la Modalidad de Adultos (CENS y CEBAS).
Tomando en cuenta la gran cantidad de escuelas secundarias (500 aproximadamente) de la provincia que hasta el año pasado tenían funcionando en sus establecimientos desde hace décadas el tradicional bachillerato de adultos de 3 o 4 años, no se puede esperar a partir de esta medida más que una cascada de marchas y contramarchas basadas en la falta de información y arbitrariedad de quienes nos gobiernan.
En principio, la medida se tomó entre gallos y medianoche, sabiendo la crisis educativa que esto iba a generar: pasar la matrícula de adultos de 500 establecimientos a  138 que tiene CENS y 19 servicios que tiene CEBAS ya con su matrícula propia desafía todas las leyes físicas y lógicas que este gobierno parece ignorar.  A tal punto se avanzó con el ocultamiento, que muchos docentes, sin conocer la situación, titularizaron cargos en los Bachilleratos de Adultos durante el mes de febrero de 2018, siendo que estos ya tenían su sentencia de muerte firmada desde el año anterior. En otras palabras, se avanzó en actos públicos con la titularización en una oferta educativa que ya había dejado de existir, atentando contra los derechos de los trabajadores a poder decidir sobre su futura estabilidad laboral. Muchxs trabajadorxs cayeron en esta trampa del sistema y ahora se encuentran que a finales de marzo, con el ciclo lectivo ya en curso, no saben qué va a pasar con sus puestos de trabajo. En el mejor de los casos los que tienen de 2° a 4° año saben que por este año y hasta que se complete el ciclo cerrado tendrán la posibilidad de seguir ejerciendo la docencia en esta oferta educativa e ir anticipando esta debacle, pero lxs docentes de primer año se encuentran en un limbo de improvisación e incertidumbre que no ha generado más que angustias e indignación en lxs trabajadorxs.
Hoy por hoy nadie sabe decirles con certeza cuál es su situación a nivel laboral. Ni siquiera los directivos de los establecimientos cuentan con la información necesaria para contener a su personal ni a toda la comunidad educativa de la zona, ya que mientras tanto, reciben cataratas de solicitudes de vecinos que quieren hacer la secundaria en la escuela del barrio y no saben si deben anotarlos o a dónde derivarlos.
En algunos casos cuentan con algo de información sobre las denominadas “Aulas de aceleración”, que son en realidad los bachilleratos juveniles a ciclo cerrado mencionados por la resolución: un parche para reasignar a docentes que se quedan sin trabajo. Sin embargo no se sabe qué materias van a tener, ni en qué horarios, ni con cuántas secciones contaría cada establecimiento (se sabe que el máximo es dos por escuela). Lo que sí se conoce es que los que trabajen en el marco de este programa quedarán fuera del régimen estatutario, ya que su continuidad es incierta y las horas serán contratadas por ciclo lectivo (por diez meses), accediendo a éstas a través de proyectos y no por acto público.
De este modo los directivos a cargo siguen sin poder reasignar las horas de trabajo de estxs docentes y miles de estudiantes están esperando sin tener clases. Tomando todo esto en cuenta, es desconcertante observar cómo mientras el diario La Nación saca una nota en la primera plana del 28 de marzo, expresando “su preocupación” por la poca cantidad de días de clase de los estudiantes argentinos frente a otros países de Latinoamérica, el gobierno para el que colaboran abiertamente, no ha resuelto a esa fecha el inicio de clases de miles de alumnos de entre 15 y 17 años, y los mayores de 18 de diferentes barrios, cuyos docentes de manera autoconvocada  e invisibilizados por los medios claman que quieren trabajar y no los dejan.  
Mientras tanto el SUTEBA guarda un complaciente silencio ante tal avance, logrado gracias a que el Consejo General de Educación de la Provincia, del cual forman parte, aprobara la iniciativa el 28 de noviembre de 2017, para luego presentar una simple solicitud de suspensión de la medida el 14 de diciembre, una vez ya consumado el desastre que ellos mismos contribuyeron a generar.
Varias comunidades educativas se han movilizado en diferentes distritos. Sin embargo, a pesar de que han circulado algunos mensajes contradictorios y triunfalistas sobre la marcha atrás de esta medida por parte de la conducción celeste, que lo único que hacen es desmovilizar y planchar el conflicto, las autoridades de la provincia han ratificado la resolución y siguen adelante con el ataque.

jueves, 22 de marzo de 2018

Reforma en adultos. Simple escolarización versus auténtica educación.


A poco de publicarse los resultados del último Operativo Aprender el gobierno se vuelve a burlar de toda la comunidad al realizar la misma oferta salarial a lxs trabajadorxs de la educación del 15% en tres cuotas con sumas en negro correspondientes a un presentismo que atenta contra la salud y a una capacitación imposible de llevar a cabo debido al poco tiempo disponible, ya que trabajamos hasta tres turnos, y a la escasez de ofertas de formación gratuita de calidad. Todo este avance contra nuestros derechos a enseñar y aprender en condiciones dignas está acompañado por un bombardeo de medidas con propuestas de cambios profundos que, bajo la excusa de “necesitar mejorar la calidad educativa debido a los resultados de las pruebas estandarizadas del operativo”, lo único que promueve es un profundo vaciamiento pedagógico.


Una de estas medidas gestadas de forma inconsulta y oculta en estos últimos meses, es la reducción de los días de cursada de los CENS (Centros de Educación de Nivel Secundario), pertenecientes a la Modalidad de Adultos, de 5 días a la semana a 3 solamente. A través de este nuevo régimen de cursada semipresencial, muchas materias fundamentales para la formación de los adultos que cursan sus estudios secundarios, se reduce a la mitad, de 4 encuentros al mes a sólo 2 días, quedando los otros dos días como jornadas de tutorías para asistencia de los estudiantes que tengan consultas.

La propuesta implica una reducción dramática de los contenidos teórico-prácticos que contribuyen a la formación auténtica de los estudiantes adultos y a la posibilidad de una futura inserción en los estudios del nivel superior o universitario. Con el pretexto de “intentar adecuar la cursada a la situación de vida del estudiante adulto”, adecuación que ya se estaba llevando a cabo de manera constante en las prácticas de enseñanza,  lo único que se está haciendo es cristalizar un posicionamiento ideológico desde el cual se pretende fragmentar de manera más salvaje el sistema educativo.

En otras palabras se conforma un nuevo circuito de “inclusión” que no es más ni menos que inclusión diferenciada a través de un contundente vaciamiento de contenidos, marcando de manera categórica la diferencia entre simple escolarización y auténtica educación. La paradoja que debemos marcar en estas nuevas ofertas educativas que “pretenden garantizar la educación permanente” es que lo único que logran es reproducir desigualdades, ya que no garantiza la igualdad de resultados en la formación, a los que debemos apuntar como educadores. Sólo asegura la igualdad de acceso y egreso en un nivel educativo, ensanchando aun más la brecha entre dichas (des)igualdades, de oportunidad y de resultado, en los trayectos futuros: educación pobre para las clases populares que sólo podrán aspirar a un oficio y a vivir en la incertidumbre de la precarización laboral cada vez más intensa, no sólo para lxs estudiantes, sino también para los mismos docentes que al tener recortadas sus horas de trabajo en el aula se ven expuestos a futuros cierres de cursos y cambios en las condiciones de trabajo y cobro de haberes, sin mencionar los futuros recortes en la educación superior que esta ola de cambios acarrearía al no poderse garantizar la continuidad de estudios para sus egresados, quienes ya no contarían con las herramientas esenciales para poder afrontarlos.

LA EDUCACIÓN ES UN DERECHO, NO UNA VARIABLE DE AJUSTE.
*No al vaciamiento pedagógico.

*No al cierre de los bachilleratos de adultos.
*Salario igual a la canasta familiar por un cargo.